Monday, January 02, 2006

 

El hombre sin talento de Yoshiharu Tsuge


Confucio nunca dijo “Yo sé”.

Confucio siempre decía “Me han enseñado”, “Lo he escuchado”… Afirmaba así su ferviente humildad pero también su vocación por “recopilar” el mundo, por” repetirlo”, por” aprenderlo”.

El protagonista de “El hombre sin talento” de Yoshiharu Tsuge, comparte este espíritu. Abandona la profesión de dibujante, la de creador, y opta por la de “buscar el arte”: y lo encuentra en las piedras.

“En materia de piedras no soy más que un amateur”, confiesa.

El hombre sin talento se dedica al Suiseki, el arte originario de China de admirar piedras. Al contrario que el Bonseki, en el que se componen paisajes combinando varias piedras, el Suiseki es más esencial y busca encontrar el mundo en una sola piedra. El Suiseki “privilegia la belleza natural” dice alguien en la obra, y la encuentra en estos “objets trouvés”(objetos encontrados) que interesarán tanto a Duchamp siglos después.

He mencionado a Duchamp. Cuidado. En Duchamp, los objetos encontrados son objetos manufacturados, no naturales como las piedras. Pero lo más importante: el Suiseki se basa en el encuentro, en el reconocimiento de que “la piedra es bella”. En Duchamp, es bello “aquello que el artista decide que lo es”. Citando a Breton: “el ready made es un objeto manufacturado elevado a obra de arte por la elección del artista”. Se observa la dramática diferencia: mientras Duchamp afirma el papel central y preponderante del artista, en el Suiseki éste se ve desplazado, anulado. Lo bello no es fruto ni de la creación ni de la acción del artista que opera e interviene sobre el significado del objeto: en el Suiseki, lo bello ya está ahí. Sólo falta descubrirlo, leerlo, escucharlo, reconocerlo.

“La piedra muestra el valle, sugiere las nubes y el viento. Revela el cosmos. […] Es la esencia de la belleza perfecta”.
Los “objets trouvés” representan un importante reto para el concepto mismo de la creación artística; pero es más; esta aproximación plantea una problemática ineludible: la de la autoría de la obra. En una piedra encontrada, ¿dónde está el autor?

"Es precisamente la etiqueta de autor lo que molesta” confiesa el hombre sin talento. Al fin y al cabo, en las piedras encontradas, el autor se diluye, se desplaza, se anula: se disuelve. Quizá el hombre sin talento no sea más que eso: alguien que decide desaparecer del mundo, dejar de significarse, dejar de afirmar su singularidad esencial y su unicidad.

Hay un bello haiku al final de “El hombre sin talento” que reza:

Pasado el otoño
Abandonado de las hojas
Desnudo, se queda el acebo

Comments:
Feliz año nuevo, Jordi.
Comenzamos bien el año: sus comentarios me ponen los dientes largos. Lástima de mi pobre francés, que a menudo me impide disfrutar de cosas como estas... porque supongo que aún no ha salido en castellano.¿Sabe si está en inglés?
Le cuento una anécdota: hace ya tres veranos leía un artículo sobre el genial Christophe Blain en el "U" de esas fechas. Me entró una urgencia atroz por conseguir material suyo y apenas pude encontrar algo de La Mazmorra. Todo su material de "Hiram Lowat et Placido", "Le Reducteur de Vitesse", "Isaac le Pirate", "Socrate, le Demi Chien", todo estaba sin publicar en castellano. ¿Solución de emergencia? Pedir a los amigos de Madrid Comics que en el siguiente cargamento de material franco-belga me lo trajeran todo. Y me lo trajeron prácticamente todo, de golpe, ocho álbumes (casi todos de POISON-Pilote), una pasta, oiga. Me fuí a casa más contento que un tonto con un manojo de bolígrafos. Las primeras horas (sí, horas) fueron deliciosas, hojeando sin orden las páginas, a capricho, saltando de imagen en imagen (es una mala costumbre que a duras penas puedo controlar). Qué placer tener en las manos tal despliegue de genialidad gráfica. Luego vino una penosa tarea de lectura, diccionario en mano y llamadas de teléfono a amigos que sí parlan francaise,... no es una buena forma de "leer" un tebeo (¿se acuerda de lo que hemos comentado en días anteriores?).
Unos pocos meses después comenzó a editarse todo ese material traducido al castellano... y yo acabaré comprándolo por duplicado.
 
Me parece que no está en inglés pero no pondría la mano en el fuego. La edición francesa la compré en Madrid Comics pero no recuerdo haber visto ninguna edición en inglés.
Curioso el tema que apunta de "hojear" el cómic antes de empezar a leerlo. Yo nunca lo hago con los cómics pero siempre con los discos. Antes de escucharlos secuencialmente voy pinchando todas las canciones, una a una, para hacerme una idea del disco. Pero con los comics no lo hago. Quizá sea porque me suele interesar más el guión que el dibujo y, mientras que un dibujo se puede apreciar individualmente, el guión no es aislable y debe recorrerse linealmente para que signifique algo.
Este es un tema interesante. De hecho surge la pregunta de qué "artes" se pueden "hojear" antes de consumirlos. ¿Conocemos a alguien que, antes de ver una película en DVD, pinche diferentes puntos aleatoriamente, para hacerse una idea de la globalidad del producto? ¿Qué puntos se suelen pinchar para no correr el riesgo de desvelar el desenlace? ¿Usted "hojea" la última página o elude esa visita para que no le adelante el desenlace de la obra?
 
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